Soy testigo del imparable éxito de los encierros de toros en todos los lugares donde se celebran. El que decide entrar en un recorrido y aguantar a tenerlos cerca, repite… Esos segundos se hacen eternos. El toro es y da vida, aunque también te la puede quitar, esa precisamente es su obligación, coger.
Los encierros son eso, la emoción de ponerse delante de un animal tan imponente como un toro y acoplarse con el.
En los encierros como en la vida se pueden recibir golpes, caídas y también cornadas. Hay que medir y asumir los riesgos igual que en las tomas de decisiones importantes. En estos años he tenido la oportunidad de ser tres veces un corredor diferente porque el entorno del encierro a influido y provocado que las carreras cambien, por lo que he ido tomando acciones para no perder nunca mi sitio.
INNOVAR ES ARRIESGAR.
Metafóricamente este proceso de cambios lo defino no como EL RECICLAJE DE LOS DINOSAURIOS.